La devaluación de diciembre provocó un fuerte cambio de los precios relativos. A esto se suma que el Gobierno dispuso un esquema de ajuste del tipo de cambio oficial de 2% mensual (crawling peg), en un contexto de alta inflación que, pese a que en los últimos meses evolucionó a la baja, duplica la actualización cambiaria.
Este escenario generó que, en los últimos meses, se encarecieran en dólares la mayoría de los bienes. El sector automotor es uno de los que más evidenció esta situación.
Los precios de los 0km, respecto al poder adquisitivo de los salarios, se dispararon y hoy es más difícil acceder a un vehículo.
Pero eso no sólo sucede con los consumidores particulares, también le sucede a sectores económicos importantes que vieron que la suba de costos supera a sus niveles de ingresos.
Un caso paradigmático es el sector agropecuario, donde en muchos casos la soja es la moneda de pago o se usa para establecer precios de referencia, como pasa en el pago de los alquileres de campos.
Mientras sus insumos aumentaron de forma considerable, lo que recaudan por su producción no sigue el mismo ritmo.
Números sobre la mesa
En su último informe. Coninagro advirtió que el poder de compra de soja sufrió una disminución en comparación con los últimos cinco años, por lo que se encareció la adquisición de maquinaria agrícola como camionetas, cosechadoras y tractores.
El principal producto exportador del campo está atravesando una etapa delicada. Después de un período en baja, recién ahora se están recuperando los precios.
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Las camionetas son el vehículo por excelencia en el campo y por eso muchos productores hacen la cuenta de su valor medido en tonealdas de granos.
Medidos en pickups, hacen falta hoy 146,3 toneladas de soja para adquirir una Toyota Hilux. Esto es 43% más que el año pasado y un 31% más que el promedio de los últimos cinco años.
Los precios de este modelo oscilan entre los $31.000.000, para la versión más económica, hasta más de $60.000.000 para las más equipadas.
Otros datos del informe muestran que el problema se repite con otros bienes y servicios.
En 2024 se requirió un 41% más de toneladas de soja para comprar una cosechadora y un 38% más para adquirir un tractor, en comparación con el promedio de los últimos cinco años.
Con la baja de los precios de los granos se "encareció" la maquinaria agrícola, medida en toneladas de soja.
En el caso del flete, la suba de los costos sigue impactando en la rentabilidad del negocio.
"Los precios relativos de los granos respecto a los fletes continúan deteriorándose debido al aumento del gasoil, la apreciación cambiaria y la baja de los granos. En lo que va del año, la relación costo de los fletes y valor de los granos aumento 140%. En enero se necesitaban 162 kg de maíz para cubrir un flete de 300km, hoy 227 kg", señaló Coninagro en su informe.
El sector ganadero también ha experimentado un deterioro en su poder de compra.
El informe de la entidad señala que, en agosto de 2023, se necesitaron 1,3 kg de ternero para comprar 1 kg de novillito, lo que representa un encarecimiento del 10% en comparación con el mismo mes del año anterior y un 3% respecto al promedio de los últimos cinco años.
MDZ
