Pedimos a los padres que, en consideración de la situación económica actual, instruyan a sus hijos para que no acudan a estos comercios a pedir dulces.
Es importante valorar el esfuerzo que estos comerciantes realizan día a día para mantener precios competitivos y contribuir al bolsillo de todos nosotros. Hoy en día, el costo de un simple caramelo no baja de los 100 pesos, y, si consideramos la cantidad de niños que podrían acudir con esta solicitud, el impacto económico para cada comerciante es considerable.
Apelamos a la buena voluntad de todos para colaborar y apoyar a quienes, día tras día, enfrentan con esfuerzo la realidad que nos toca vivir.