La devaluación del real brasileño del 20% en lo que va del año, preocupa a diferentes industrias, entre las que se destaca la turística. De cara al verano y tras un nuevo Cyber Moday, las agencias de turismo ya hablan de un “boom” de argentinos hacia destinos como Río de Janeiro o Florianópolis. Y esto, en consecuencia, impacta sobre las reservas del Banco Central y enciende una alarma en el Gobierno.
Esta semana se aceleró el pulso de la devaluación en el país administrado por Lula Sa Silva, y el dólar ya equivale a 5,7 reales. De esta manera, Argentina, al mantener pisado el tipo de cambio, promueve “turistear” en el exterior. O al menos, si uno compara los precios puede ser que le “cierre” viajar en el verano a Brasil.
Según datos de Despegar, las búsquedas a nivel internacional aumentaron un 108% en comparación con el segundo trimestre del año. El ranking de destinos lo lidera Río de Janeiro y luego le sigue Florianópolis, lugar al que muchos argentinos llegan en auto para abaratar aún más los costos. Mientras tanto, las búsquedas de turistas extranjeros para visitar Argentina cayeron un 15% entre junio de 2024 y el mismo mes del 2023.
A nivel precio, una semana para cuatro personas en una posada en Pinamar, frente al mar, cuesta en enero US$ 1800, un apart de lujo ronda los US$ 3000, mientras que hay cabañas por US$750. Siempre de acuerdo a la plataforma Booking, en Canasvieiras, la playa más popular de Florianópolis, un aprt de tres estrellas para cuatro personas sale por semana US$ 850; una habitación cuádruple de lujo con vista al mar US$ 1200 y un residencial desde US$ 460.
La diferencia está en el gasto del viaje. Si la opción es avión, en el primer mes del año un vuelo a Florianópolis arranca en US$ 230, aunque si la opción es terrestre, en auto se gasta alrededor de $170.000 en nafta más un día de alojamiento antes de llegar a destino.
Si finalmente pasa lo que ocurrió hace dos años, tras la salida de la pandemia, mucha gente irá rumbo a Brasil o las playas de Uruguay, otra opción muy elegida. También Chile, con el “boom de compras”, se ha convertido en un lugar cada vez más deseado.
De esa manera, la cuenta de servicios comienza a transformarse en un problema para el Banco Central. En el acumulado de los primeros nueve meses del año registró un déficit de US$ 3.075 millones en ese ítem. Sólo durante septiembre salieron US$ 650 millones más de los que entraron por esa vía. (DIB)