Las obras de ingeniería a nivel mundial ayudan a la conectividad de las ciudades. Entre Carmen de Patagones, en la provincia de Buenos Aires y Viedma, Río Negro, se encuentra una de ellas que simplificó la vida social y comercial de la región.
Se trata del puente levadizo que funcionó hasta 1957 con su sistema basculante siendo la primera conexión ferroautomotora entre ambos Estados provinciales.
En este caso, la fastuosa obra es una gigantesca estructura de acero, recorrida antaño en ambas direcciones por trenes y autos y permitía el paso de embarcaciones. También y a causa del paso del Río Negro y el gran tránsito fluvial los barcos ingresaban por allí a las ciudades.
Este significativo puente argentino tiene un tramo que se abría con frecuencia, tras el accionar de un operario habilitando el paso de grandes embarcaciones por lo que los vehículos terrestres debían esperar, teniendo el placer de contemplar el paisaje natural combinado con la majestuosa obra de ingeniería. Actualmente no tiene todas las funciones, pero, se conservó en el pasado, este puente levadizo que aún es un ícono de la región.
Único en el mundo: el puente levadizo de Carmen de Patagones que conecta con Viedma
Gracias a un minucioso trabajo de restauración realizado por ingenieros entre los años 2012 y 2013 con el fin de preservar la obra de ingeniería que marcó una época y, única en el mundo, hoy el puente le da la oportunidad a los turistas que visiten Carmen de Patagones y Viedma de disfrutar a este gigante de 2.500 toneladas, que se conserva a 17 metros de altura sobre el río Negro.
Este lugar además cuenta con 268 metros de longitud y 7 metros de ancho por donde por su pasarela metálica pueden transitar peatones y ciclistas.
El puente se conserva como atractivo turístico por donde visitantes y lugareños lo cruzan en bicicleta y caminando. Además, el puente levadizo a contrapeso hidráulico que es único en el mundo y muy admirado por los ingenieros de otros países, continúa habilitado también al tránsito vehicular con la sustancial diferencia que, si bien se conserva el mecanismo, hoy es una mera decoración que denota los vestigios de la historia opulenta que supo tener auge en otra etapa de la cronología Argentina, hoy ya no se abre al paso de los barcos.
Fuente_Canal26