"Todo lo que tengo que decir es: buena suerte con tener sexo, especialmente en Florida -donde Trump obtuvo el 56 % de los votos-, porque mis chicas y yo estamos participando en el movimiento 4B. Ese es mi próximo plan y hablo en serio", amenazó una tiktoker estadounidense, y no es la única. Desde la reelección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos, se generó una reacción de mujeres feministas norteamericanas, quienes anunciaron que dejarían de tener relaciones sexuales con los hombres, ya que estos fueron quienes votaron masivamente por el republicano.
El término "4B" se ha convertido en uno de los más buscados en Google desde el 5 de noviembre, día de las elecciones que llevaron a Donald Trump nuevamente a la Casa Blanca. El enojo de mujeres feministas hacia hombres blancos, afroamericanos y latinos es considerable. Tras conocerse el resultado electoral, se observó que el avance del candidato republicano se debió, en gran medida, al apoyo de hombres de distintos sectores sociales. Así surgió la huelga sexual contra la base social masculina del trumpismo.
La inspiración de las feministas estadounidenses proviene de Corea del Sur, donde el Gobierno había culpado a las mujeres por la baja natalidad. En respuesta, las coreanas impulsaron el movimiento "4B": bihon (no al matrimonio heterosexual), bichulsan (no a tener hijos), biyeonae (no a las citas con hombres) y biseksu (no a las relaciones sexuales con ellos).
Una de las principales preocupaciones de las integrantes del 4B estadounidense es la anulación del fallo Roe vs. Wade por parte de la Corte Suprema de EE.UU., lo que permite que cada Estado restrinja el derecho al aborto. Esta realidad, combinada con el triunfo conservador que representa la reelección de Trump, alerta a las feministas sobre el futuro de esta lucha.
Raíces e historia de la huelga sexual
En el año 411 a.C., en la antigua Grecia, Aristófanes estrenó Lisístrata, una obra de teatro cómica donde la protagonista, junto a un grupo de mujeres atenienses, organiza una huelga sexual para detener la Guerra del Peloponeso. Las esposas se negaban a tener sexo con sus maridos hasta que abandonaran el conflicto bélico.
La idea ha dejado una huella profunda en la historia de la participación femenina en la política a nivel mundial, repitiéndose en distintos periodos y países. En Liberia, en 2003, las mujeres realizaron una huelga sexual contra sus maridos para detener la prolongada guerra civil de 14 años. Esto impulsó el ascenso al gobierno de Ellen Johnson-Sirleaf, la primera mujer presidenta de Liberia, y le valió, junto a la dirigente feminista Leymah Gbowee, el Premio Nobel de la Paz en 2011.
En septiembre de 2006, esposas y novias de miembros de una banda en Pereira, Colombia, iniciaron la "Huelga de piernas cruzadas" para frenar la violencia de pandillas que había cobrado 480 vidas. La portavoz Jennifer Bayer explicó que el objetivo era presionar a los pandilleros para que entregaran sus armas, ya que muchos buscaban reconocimiento y atractivo sexual mediante actos violentos. En 2010, la ciudad registró una disminución del 26,5 % en la tasa de homicidios.
En Nápoles, Italia, cerca de las festividades de fin de año de 2008, cientos de mujeres se declararon en huelga, relegando a sus esposos a "dormir en el sofá" hasta que tomaran medidas para prevenir los daños causados por los fuegos artificiales. Cansadas de lesiones oculares y quemaduras cada 31 de diciembre, las mujeres napolitanas decidieron adoptar una medida contundente.
En Estados Unidos, la huelga actual no tiene un objetivo concreto. Por un lado, busca restarle apoyo al presidente Donald Trump, y por otro, evitar el contacto con hombres cuyos valores y concepciones son opuestos a los suyos. El futuro del fenómeno es incierto, pero por ahora, el movimiento 4B sigue generando polémica y, según las feministas estadounidenses, los hombres deberían estar preocupados. MDZ