Con una sonrisa de satisfacción, pronunció la frase que resonaría en los medios: “La lluvia es una bendición”. Sin embargo, su comentario resultó ser el inicio de una controversia inesperada.
Mientras el intendente de Patagones celebraba la llegada de las lluvias, Bahía Blanca, hermana ciudad que, en este momento enfrenta problemas severos por inundaciones y desbordes.
Sus declaraciones causaron revuelo entre los presentes. Algunos se miraron entre sí, incrédulos ante la falta de sensibilidad del mandatario. En lugar de unir a las comunidades vecinas en tiempos difíciles, Marino optó por destacar la fortuna de su propia ciudad a expensas del sufrimiento ajeno.
Marino quizás no esperaba que sus palabras generaran tal controversia. En su afán por resaltar los beneficios del clima favorable, olvidó que la verdadera fortaleza de un humano radica en su capacidad para conectar y solidarizarse con aquellos que atraviesan dificultades.
Lo más triste es que durante la jornada de hoy, desde la Municipalidad de Patagones no existió ninguna publicación solidarizándose y poniéndose a disposición de la comunidad de Bahía Blanca.
EMPATIA... a marzo. Triste pero real.