Por: Andreino Drusden.
Lucas Roche se llama el hombre que, junto a su pareja y Jefa, la concejal Silvina Franco, conforman el dúo conocido ya en los pasillos como “los PARDECO”, una adición emulada del popular “PARDEPE”, aunque con evidentes diferencias en la participación de la última sílaba de la sigla.
Aunque ambos trabajan en el Concejo Deliberante de Viedma, ella como concejal y él como su Secretario Legislativo del Unibloque, no han presentado en ya un año y medio de trabajo alguna iniciativa importante.
Es más, lo poco que presentaron estuvo o mal escrito o sin sentido o viola alguna ley vigente. Los PARDECO, que no tienen un solo empleado lo que significa que no comparten “ganancias” (sus ingresos por ser parte de la CASTA superarían los 7 millones de pesos por mes) si han gastado su tiempo en una tarea que se nota los enloquece: pintar paredes, veredas y calles (con no pocas vidrieras de ofuscados comerciantes también)
Groserías como que la localidad neuquina de Piedra del Aguila queda en la provincia de Río Negro es lo menos que se ha escuchado de la edil en el recinto, sin contar su maltrato y mala educación con la que se dirigen a las y los empleados del parlamento de la capital rionegrina.
Llenos de incongruencias (niegan el Genocidio pero usan el dolor de Madres) han llegado al paroxismo de exigir izar la bandera en el recinto en una sesión cuando los libertarios niegan el concepto de Patria y Estado.
Roche, un habilidoso mediocampista con llegada al gol en el fútbol barrial de la Comarca, no cesa en sus afanes gambeteadores y ha recorrido todos los pasillos municipales y provinciales pidiendo publicidad para su sitio “El politico y el Politólogo”, cuando la Constitución rionegrina, las leyes provinciales y los estatutos tanto comunal como provincial prohiben expresamente a las y los agentes estatales ser proveedores del Estado en cualquiera de sus formas, ya sea municipal, provincial o nacional.
PARDECO tira un par de ecatológicos títulos contra toda la clase política y los gobiernos locales, mientras cada 29 engrosan su billetera.
Silvina jura que la pareja terminó...Pero él, a quien ella llama “Tití” en la intimidad, no deja de perseguir como un monito faldero a su mimosa “Ivi”.
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