Embarcada en una pelea fuerte con Axel Kicillof, la ex presidenta “evaluaría”, “no descarta”, “analiza” (se manejaron varios verbos, ninguno contundente) presentarse como candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral, en el caso de que el gobernador concrete su idea de desdoblar las elecciones en la Provincia y acaso se rompa el espacio que hoy todavía comparten.
La definición habría salido de su boca el domingo, en un encuentro con un grupo de intendentes bonaerenses que le responden realizado en un predio sindical. Ese mundo, el de los jefes comunales, hoy está dividido: muchos se han alineado con Kicillof, lo que el kirchnerismo duro codifica como un desafío a Cristina y a su hijo Máximo Kirchner, titular del PJ bonaerense.
¿Por qué la Tercera Sección? Porque es la más populosa de la Provincia, en los hechos la zona donde la ex mandataria tiene un núcleo duro de adherentes muy fuerte. Abarca el sur y parte del oeste del Conurbano, con distritos como La Matanza, Lomas de Zamora, Avellaneda, Almirante Brown, Berazategui, Ensenada, Ezeiza, Esteban Echeverría, Florencia Varela, Quilmes, Lanús, Berisso y demás.
Varios de los intendentes peronistas que allí gobiernan ya han optado por Axel en el tironeo que se planteó con Cristina y, de hecho, son firmantes del último documento de respaldo al Gobernador para que desdoble la elección; que es lo que no quiere la ex Vice.
Leer la jugada
Una diputación provincial suena a cargo menor para Cristina (ex diputada y senadora de la Nación, dos veces presidenta, una vez vice, actual titular del PJ nacional), pero hay que leer la jugada de la difusión del “dato posible” en la clave de la interna con Axel: ella está mandando el mensaje de que piensa jugar fuerte porque bajar a ese llano cambiaría totalmente el perfil de la elección desdoblada.
Se recuerda: hay un gran tironeo en la Legislatura entre La Cámpora y el kicillofismo. Axel pretende que ese cuerpo suspenda las Primarias Abiertas -ya las convocó para el 13 de julio- para avanzar luego con el adelantamiento del comicio para cargos provinciales. Como el kirchnerismo quiere que se vote todo junto en octubre, dilata su apoyo a la caída de las PASO.
Es una guerra de nervios de final incierto -el jueves podría haber un nuevo round- pero la Provincia, más allá de la conveniencia política para el espacio de Axel, parece tener un argumento sólido. Es que realizar las elecciones todas el mismo día sería un caos, ya que habría que hacerlas con dos sistemas diferentes: Boleta Única de Papel (BUP) para los cargos nacionales y la tradicional lista sábana para los provinciales y locales. Todos los simulacros que se hicieron hasta el momento fueron un desastre.
Fijar la fecha de los comicios provinciales es una atribución del gobernador de turno. Pasa en todas las provincias. Pero en otra jugada fuerte, el kirchnerismo legislativo presentó un proyecto para obligar al mandatario a un llamado unificado, en principio reñido con la constitución provincial y de segura judicialización si se aprobara. No parece que fuera a prosperar: hasta la oposición no peronista quiere que las elecciones se desdoblen.
El tema de los fueros
La versión de que Cristina podría jugar como candidata a diputada Provincial en la Tercera (nunca en su vida residió en la zona, pero se sabe la laxitud con que siempre se ha encarado ese tema en este distrito) generó una segunda lectura, en este caso fogoneada por voceros oficiosos del kicillofismo que ya no la quieren: busca fueros. Incluso en algunas mesas hasta se dijo que la versión podría provenir de La Plata para perjudicarla.
Esa mirada se enmarca en la instancia judicial clave que enfrenta la ex presidenta: la Corte Suprema de Justicia de la Nación debe expedirse sobre la condena que pesa sobre ella en la causa Vialidad y, de avalarla, podría terminar detenida, seguramente con prisión domiciliaria. La protección de los fueros podría evitar eso. Si el comicio provincial se adelanta los tendría antes de octubre, cuando también podría jugar pero en ese caso a diputada nacional por la Provincia.
Los abogados de Cristina presentaron ayer el último recurso de queja que les queda disponible sobre este tema en el máximo tribunal. El argumento de fondo siempre es el mismo: nada de lo juzgado y ratificado en dos instancias es verdad -direccionamiento de la obra pública- y la ex mandataria es víctima de una persecución judicial.