El empresario encargado de realizar la VTV realizó una importante inversión en maquinaria e instalación, además de contratar inicialmente a cuatro empleados para atender el volumen de vehículos que necesitan la verificación.
Sin embargo, a pesar de que el intendente vendió una realidad que no existía (exigía que la VTV era necesaria). Ante esta solicitud en provincia, la empresa se vio obligada a invertir, pero en lugar de recibir demanda de clientes se encontró que nadie realiza la verificación, evidenciando una gestión débil y poco receptiva a las necesidades del sector privado y de la comunidad.
Como consecuencia, el operativo municipal se intensificó, con controles y multas que generaron un profundo malestar entre los habitantes de Patagones, quienes además deben lidiar con calles intransitables que agravan aún más la situación. En este contexto, desde Juntos por el Cambio (JxC) celebran el descontento social, utilizando la situación para cuestionar la gestión de Marino, quien parece incapaz de ejercer la autoridad necesaria para ordenar y mejorar los servicios municipales.
La crisis generada por la no realización de la VTV no solo pone en riesgo la seguridad vial, sino que también expone las falencias de un intendente que no logra ejercer su rol con firmeza ni eficacia, mientras la comunidad exige respuestas claras y soluciones inmediatas para evitar que el conflicto siga escalando y afectando la calidad de vida de todos los vecinos.