Axel Kicillof y Cristina Kirchner volvieron a tomar contacto luego de dos meses sin hablarse. El Gobernador visitó a la ex presidenta en el departamento del barrio porteño de Constitución donde cumple arresto domiciliario, en el marco de la fuerte disputa interna que libran dentro del peronismo.
El encuentro estaba al caer. Durante el fin de semana había trascendido que Kicillof tenía la autorización judicial para visitar a su ex jefa política. La reunión, finalmente, se concretó ayer por espacio de una hora y media.
Desde el entorno de la ex presidenta se limitaron a contar que se trató de un “buen encuentro” y que “hablaron de la situación nacional, internacional y de seguir sumando fuerzas para la elección de octubre”, transmitieron sus colaboradores en alusión a una de las consignas de la campaña.
La demora de Kicillof en visitar a Cristina había generado enojo en el kirchenerismo duro, que se quejaba que el mandatario provincial venía eludiendo un encuentro con la ex presidenta.
Esa omisión estaba plagada de especulaciones políticas, más aún luego de que Kicillof saliera empoderado de las elecciones bonaerenses del 7 de septiembre donde Fuerza Patria derrotó ampliamente a La Libertad Avanza.
Los casi 14 puntos de diferencia terminaron avalando la decisión de Kicillof de desdoblar esas elecciones de las nacionales, pese a la opinión en contrario de Cristina Kirchner.
El encuentro fue considerado por fuentes de ambos sectores como “bueno” y “constructivo”. Sin embargo, no hubo foto, una señal de que las tensiones permanecen.
La única imagen de la visita que trascendió fue la de Kicillof en la calle, antes de ascender a su vehículo para retirarse.
El contenido de la conversación fue principalmente electoral, pero también hablaron sobre la situación nacional en general y la internacional. De un panorama complejo para la Argentina pese al apoyo rotundo que le dio el gobierno de Donald Trump.
“Hay que sumar fuerzas para ganar las elecciones de octubre”, fue una de las síntesis que se dejaron trascender en ambos campamentos. El gesto de la reunión viene de alguna forma a robustecer esa discurso.
En ese marco, la ex presidente se muestra hiperactiva participando en distintos actos en forma indirecta a través de audios que deja trascender. Kicillof, mientras tranto, le pone el cuerpo a la campaña desde lo territorial.
Más allá de la cuestión electoral, Kicillof pretende que el kirchnerismo duro no entorpezca su gestión. Varios espisodios de esas características se vivieron en la Legislatura donde el Gobernador tiene apenas un puñado de fieles frente a una mayoría del bloque peronista controlada por La Cámpora y el massismo.