Octavio Pico es uno de esos lugares donde el mapa parece detenerse para pensar. A la vera del río Colorado, este pequeño poblado del noreste neuquino guarda una singularidad que lo vuelve único en el país: es el punto donde convergen cuatro provincias -Neuquén, Río Negro, Mendoza y La Pampa- como si la geografía eligiera allí un cruce secreto de caminos.

Esa condición lo hermana con el célebre Four Corners de Estados Unidos, pero con una identidad propia: la del territorio patagónico, donde la inmensidad manda y el tiempo corre más lento. Octavio Pico no es solo un hito geográfico; es un pueblo que late entre chacras, riego y días tranquilos, sostenido por el rumor constante del río. Se accede por un desvío desde la Ruta Provincial 6, que comenzará a pavimentarse el año próximo gracias a un acuerdo entre el gobierno provincial y YPF.
El viaje hasta allí ya es parte del encanto: horizontes amplios, olor a campo, y esa sensación de estar llegando a un borde del país donde todo comienza de nuevo. Octavio Pico invita a contemplar. A reconocer cómo la vida rural, el río Colorado y la historia del poblamiento neuquino se cruzan en un mismo punto. Un lugar donde cuatro provincias se tocan… y donde Neuquén vuelve a recordar que su identidad también se escribe en los márgenes.