Con Lebed, prometió desparramar influencia y ocupar un cargo legislativo; lejos de eso, se quedó en casa, sin pena ni gloria. En cuanto a Curetti, la suerte le fue esquiva: ganó la reelección por apenas poco más de 30 votos, pero en su segunda participación cayó ante Marino, un perdedor nato. La irrumpión de La Libertad Avanza (LLA) fue el golpe mortal. Petroka le servía en bandeja, pero Lorena no. La concejal Lorena Cecchini tiene carácter y ambición real; en contraste, Romina Colombi y Jorgelina Castronovo son meros floreros de colección en el bloque.
Zara jugó pésimo: entregó su escasa estructura para secundar todo, y hoy no tiene ni voz ni voto. Se devaluó como el peso al asumir Milei. Quedan solo dos años.
En el peronismo, la cosa no mejora: tenemos un intendente de gran incapacidad, mientras los vecinos reclaman soluciones urgentes. Él prefiere subir fotos en Monte Hermoso, cuando Patagones sufre cortes de agua y las oficinas de turismo permanecen cerradas en plena temporada. Para colmo, cedió espacio a La Cámpora: Juan Ensone ya trabaja dentro del gobierno, consolidando esa influencia.
Patagones está deplorablemente mal. Mañana cierra 2025, y el 2026 trae elecciones a la intendencia a la vuelta de la esquina. Hay una oportunidad histórica: algún líder debe salirse de lo común, romper con el tradicionalismo y hacer algo distinto. ¿Quién dará el paso?